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ASESORAMIENTO FILOSÓFICO FENOMENOLÓGICO


El bienestar es algo que siempre buscamos, lo hacemos la mayor parte de nuestro tiempo. Intentamos rodearnos de actividades, de personas, de cosas que nos brinden incluso de una mayor comodidad. Ahí, que cuando se ven interrumpidas, un duro golpe infringe desde todas direcciones nuestro ser, haciéndonos sentir en instantes, completos desconocidos de nuestras conductas. No cabe duda que hoy por hoy, atravesamos un tiempo, que nos hace ver un panorama incierto y lleno de incertidumbre.


Cuando esto ocurre, solemos sentir un torbellino de sensaciones que nos alejan del sueño, que nos inquietan, nos perturban. Nos hace sentirnos extraños en nuestras propias casas, ajenos a las experiencias que comparten otras personas. ¿Por qué estoy enojado todo el tiempo? ¿No quiero seguir estando en mi propia casa? ¿No tengo deseos de seguir conviviendo con mi propia familia? ¿No tengo dinero? ¿Perderé mi trabajo? ¿Por qué me bajaron mi sueldo? ¿Mantengo a mis hijos en sus estudios particulares? ¿Quién soy yo? ¿Por qué me ocurre todo esto a mí? ¿Por qué siento que no puedo seguir? ¿Estoy fracasando? ¿Debo dejar mis propios estudios? Y así, aparecen muchas otras más preguntas, y las respuestas, angustiosamente, nos las sabemos. Pero es ahí, justamente donde no hay nada, donde todo está removido, que podemos permitirnos envolvernos por los misterios que nos produce la existencia, porque cuando más vulnerables nos sentimos, es descubrir que quizás nuestros demonios, nunca se fueron, y que solo nos queda seguir estando ahí, siendo más fuertes, más sensibles, más humanos. Como Emmy Van Deurzen dice; “La vida es la tensión que ocurre de llegar al mundo y salir de él. Entre ser creados y destruidos de nuevo”.


¿Pero a dónde ir? ¿Dónde puede intentar comprender, revelar esos llamados misterios de la existencia? ¿Dónde acudir y trabajar con toda esta incertidumbre? ¿En qué lugar me deshago de esta tensión?


Lo ideal, seria asistir a una terapia psicológica, y puede resultar hoy más sencillo, porque todo puede realizarse a distancia. ¿Pero entonces porque la mayoría no acude a psicoterapia? Algunos factores pueden ser culturales, algunos económicos, otros más quieren evitar ser vistos como locos. Llevar un proceso psicoterapéutico puede tomar mucho tiempo y también una inversión, cosa que muchos están afligiendo hoy en día. A otros más, nos les interesa hablar o indagar de su pasado, solo quieren conversar lo que les incomoda en su presente, lo que les está atravesando ahora. En este periodo de cambios durante nuestro encierro, el asesoramiento filosófico fenomenológico, es una buena opción.

¿Asesoramiento filosófico fenomenológico? Es simplemente exponer desde una mirada filosófica existencial, la situación presente, el asunto especifico por el que está atravesando cada persona. No se trata de explicar la teoría de cada autor, ni imponer alguna postura. Es plantear cada pensamiento de una manera fenomenológica, de tal manera que nos permita alumbrar la situación que la persona tiene. Una vez hecho, es la misma persona que va decidir que hacer con su situación actual. En el “Movimiento Mexicano”, existe algo similar al asesoramiento filosófico, el Coaching Existencial fenomenológico, “a grandes rasgos, se trata de un movimiento dentro de las llamadas “relaciones de ayuda” que consiste fundamentalmente en un acompañamiento dialogal y colaborativo, dirigido a las personas que están buscando un trabajo puntual de reflexión, exploración y de búsqueda de compresión sobre un área determinada y especifica de su vida personal o laboral, y para aquellos que no tienen tiempo, ni la disposición, o la posibilidad, de comprometerse en una terapia de mediano o largo plazo”. (Yaqui Martínez 2018) La idea principal es que, desde el asesoramiento filosófico fenomenológico, vamos a propiciar pocos encuentros que se dirijan hacia ese objetivo, situación contraria cuando se hace una terapia fenomenológica. Los encuentros van a ser para una parte o cuestión especifica. Entonces, sí hoy con todo lo ocurre en nuestro país y en el mundo, alguien quiere hablar solo de su miedo a que se quede sin su trabajo durante este encierro, que no sepa que hacer si la han despedido de su trabajo, ni como poder seguir adelante o qué hacer con sus sentimientos de frustración, bueno, se clarifica, para que esa persona ahora si con esa claridad viva y sepa que hacer. En la terapia no ocurre eso, no estoy enfocado hacia una demanda especial, no. En el asesoramiento filosófico fenomenológico o en Coaching Existencial Fenomenológico, sí.


La persona que acude a un asesoramiento filosófico fenomenológico, se habrá sumergido en distintas problemáticas que probablemente debido a las circunstancias actuales, no decidió, mucho menos esperaba ni contaba con que sucedieran, pero es esta misma persona quien finalmente es libre en decidir cómo hacer frente a dichas contingencias, determinando así un solo curso, el que él o ella elija. Al final, “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. (Sartre) No somos objetos, somos humanos y contamos con la única habilidad que nos separa de los animales, decidir qué ser, en qué convertirnos frente a los sucesos que acontecen en nuestra existencia, siendo así que mientras nuestro corazón palpite y podamos aire inhalar, las posibilidades siguen siendo infinitas, porque en vida, nada nos determina.


Habitamos un mundo donde hay cosas y seres humanos. Las cosas no sienten, no piensa, no guardan una biografía, ni se lanzan al futuro. No eligen ni son responsables. No se preguntan por su ser ni ejercen un cuidado de sí mismas. No se experiencian. En suma, no existen porque no emergen hacia afuera. Las cosas son, y nada más, porque están definidas. Sin embargo, el ser humano si experiencia y elige. Siente, piensa, imagina, recuerda. Se abre al futuro y va hacia adelante. Emerge en cada situación y a cada instante se juega la vida. (R.A.A. 2014) La razón de asistir a este tipo de encuentros fenomenológicos, es porque debemos propiciar colisiones que nos lleven a pensarnos, que nos ayuden a recordarnos que como seres históricos que somos, debemos prestar atención a lo que está ocurriendo con nosotros al momento de construir un capitulo nuevo de nuestra coexistencia, es atrevernos a revelar el misterio más importante, nuestra propia existencia. ¿Cómo lo hacemos? Atreviéndonos a pensar en aquello que ha dejado de ser pensado, y ¿qué es lo que se ha dejado de ser pensado? Uno mismo.


La perspectiva existencial es una corriente humilde y sencilla, ahí que miro una oportunidad para que las personas con experiencias dolorosas, en cada sesión, ya sea una o dos, puedan encontrarse, puedan mirar los Asesoramientos Filosóficos Fenomenológicos o el Coaching Existencial Fenomenológico como un lugar en donde al principio puede parecer que no hay ninguna luz para alumbrar estos tiempos inciertos y nublosos. Pero que, al compartir cada palabra, cada dolor, cada pena, cada desilusión, cada miedo, cada emoción, puedan recordar que la oscuridad no es algo malo, sino que es el espacio en donde descansa la luz. La luz de la existencia. La cual, al emitir pequeños destellos luminosos conforme avanzan cada encuentro, nos ayudan a comprender la singularidad con la que nos vivimos. La particularidad con que existimos. Es descubrir un lugar donde encontramos la fuerza para seguir en el camino y revelar que no estamos solos.

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