Hace unos días en el consultorio, ahora virtual, una de mis pacientes me preguntó: ¿Cómo debería ser la psicología o la psicoterapia en México? Me parece que la pregunta es de digna reflexión, ya que muchas propuestas psicológicas o psicoterapéuticas nos hemos querido adueñar de la respuesta ante esta pregunta.
La mejor respuesta que le pude ofrecer fue “No sé”. No sé cómo debería ser la psicología o la psicoterapia en México, ya que la propuesta fenomenológica existencial no plantea una verdad absoluta a estos cuestionamientos, más bien, una verdad relativa; y entonces nos quedamos con la idea que hay tantas terapias como personas en este México. Sin embargo, si soy sincero, después de 12 años de práctica psicoterapéutica pienso que estaría muy interesante poder tener un espacio de diálogo entre diferentes posturas para cuestionarnos el quehacer de nuestra profesión y su ejercicio en la praxis.
Esbozaré en algunas líneas lo que me ha surgido desde esa pequeña pregunta.
Esta pregunta tiene 2 acepciones las cuales son dignas de reflexionar:
1.- ¿Qué es la Psicología? ¿Qué es la Psicoterapia?
2.-¿Qué es México?
Ambas son preguntas demasiado grandes. En la primera, todos los que alguna vez estudiamos Psicología se nos inculcó que la Psicología es el estudio o tratado del alma, sin embargo, me parece que esa respuesta genera un sesgo entre muchas corrientes que no creen en el alma o la mente, esto debido al dualismo que la misma respuesta presenta.
Creer que existe un alma, es inmediatamente creer que esta está confinada a un cuerpo o que es sostenida por un cuerpo, por lo que cuerpo y alma no serían la misma cosa; lo mismo pasaría con la idea de mente, creer que existe una mente nos lleva a pensar que la mente esta separada del cuerpo y genera el mismo patrón dualista.
La gran mayoría de los estudios llamados “posmodernos” piensan que el dualismo mente-cuerpo, sentimiento-razón, yo-tu, yo-mundo, etc, son dualismos didácticos, mas son falaces. Entonces el problema de seguir definiendo Psicología desde ese paradigma exlcuye a todas las posiciones que se fundamentan desde la posmodernidad o desde el no dualismo cartesiano.
Lo mismo pasa a la hora de definir Psicoterapia. La definición de Psicoterapia según la Real Academia de la Lengua Española es: “Tratamiento de enfermedades mentales, psicosomáticas y problemas de conducta mediante técnicas psicológicas.”
Qué hay de las psicoterapias que dudan de las enfermedades mentales o de los llamados problemas de la conducta; ahora, qué hay de las psicoterapias que creen que las técnicas psicológicas no alcanzan y utilizan técnicas filosóficas, o peor aún, qué hay de las psicoterapias que han decidido renunciar al psi de la psicoterapia, para intentar quitar el problema anterior, es decir, quitar el dualismo que refiere la psique.
Si observamos detenidamente, muchas de las definiciones clásicas sobre psicología o psicoterapia excluyen a una gran parte de teorías y posiciones filosóficas serias que intentan hacer una práctica desde otros marcos conceptuales.
Mi paciente tenía razón cuando desde su ingenuidad de alumna de licenciatura en psicología se pregunta: ¿Cómo debería ser la psicología y la psicoterapia en México?
El segundo problema que nos plantea la pregunta de mi paciente, es ¿Qué es Mexico?
México, país pluricultural, de diverso territorio y población, atormentado por la violencia y la miseria y vanagloriado por sus colores, sabores y calidez. México es tratado como un solo México, el México del norte no es el mismo México del sur, sus costumbres, sus sabores, sus formas, sus colores nos hablan de Méxicos completamente distintos, incluso el tipo de Español que hablamos y los modismos hacen que socio-culturalmente nos pensemos completamente diferentes.
México es muchos y al mismo tiempo uno solo; México es identidad, idiosincracia, rebeldía, desamparo e ilusión; México es torta de tamal, box, lucha libre, charrería, mariachi, tequila, mezcal, reboso y huipil y al mismo tiempo Puyol, Siqueiros, Slim, Santa Fe y Vuhl 05. México nace del mestizaje y pareciera que mestizos seguimos siendo.
La llamada mexicaneidad está hoy dividida en dos grandes vertientes:
La primera que habla del méxico pre-colonial, la parte pre-hispánica, autóctona, de diversas lenguas, en contacto con la naturaleza y de inteligencia guerrera, militar, política y matemática increíblemente avanzada para la época. La segunda, el México moderno, que nace a través de la lucha, la emancipación de un estado teocrático y la tropicalización de un sistema europeo, neoliberal y de intercambio económico, político y social y nunca podríamos olvidar la influencia de nuestro vecino que con su fuerza económica y política hace un marco de referencia del cuál todos somos parte.
Estas serían dos grandes vertientes, pero es sólo por hacer un esbozo de un país que lleva construyéndose por mas de 500 años, son solo dos esbozos de entender lo complejo de nuestra idiosincracia.
La primera vertiente de identificación del mexicano o de la mexicaneidad tiene que ver con el indígena guerrero: mexicano luchón que con el sudor de su frente lleva el sustento a su familia que dependen de él; la figura de la madre por encima de todo; valiente, sensible, fuerte y un poco inocente.
La segunda vertiente refleja al mexicano de Samuel Ramos o al de Octavio Paz: mexicano dicharachero, jugador, amante, entrón, alburero, flojo, sin rumbo claro, pero siempre teniendo a “la jefecita” como una figura angular.
Cómo poder definir una psicoterapia para México?, si México son muchos Méxicos y la mexicaneidad son muchas mexicaneidades.
Si observamos detenidamente, la pregunta nos ha metido en un problema atroz, ¿Cómo poder definir la terapia/psicoterapia/psicología? ¿Cómo podemos definir un rumbo para la o las mismas? ¿Cómo hacerlo para un grupo que nace del mestizaje?
Judith Butler mencionaba que el problema del nosotros no enuncia una respuesta, el nosotros enuncia siempre un problema. Ya que cada vez nos invita a dar una respuesta diferente y esto porque la pregunta esta planteada desde una matriz individualista e intenta abarcar a un colectivo que no lo es.
Si seguimos por esta línea nos llevaría a plantearnos una pregunta fundamental ¿Por qué estamos intentando resolver el mundo desde la lógica del sujeto individual?
La lógica del sujeto individual asume que la base del conocimiento se encuentra en el individuo, en sus afectaciones, en sus ideas, en lo que para él y los suyos es lo trascendente o lo importante. La lógica del sujeto individual no se encuentra en la afectación colectiva, sino en la afectación inmediata. El mejor ejemplo para entender este fenómeno es el Covid-19, ésta pandemia no es para unos cuantos, esta pandemia es para todos. No distingue sexo, estrato-socioeconómico, edad, religión o nacionalidad, sin embargo la lógica del sujeto individual genera una estadística para saber si soy un grupo de alto o bajo riesgo y sobre esa lógica me comporto. Si soy del grupo de alto riesgo me quedo en casa y no me pongo en riesgo, sin embargo si soy de un grupo de bajo riesgo, entonces salgo de la casa y actúa como si a mí no me fuera pasar nada. El punto no esta en a quién es más probable que le toque y a quién no, o quién es más probable de morir y quién no, sino en estar todos juntos en este barco y que no nos muramos nadie. El problema de la lógica del sujeto individual es que no le interesa el macro, sino el micro, no le interesa el todos, sino él a mí no.
Para replantearnos esta pregunta, valdría la pena ver que para poder poner el yo en plural, como lo dice Merleau-Ponty, tenemos que tomar en cuanta que en la concepción del nosotros no hay una ausencia de Yo, o que el nosotros no es la conjunción de muchos Yoes; el Nosotros, como lo propone Merleau-Ponty, es una preposición que abarca la relación que el todo tiene con el todo y la aceptación constante e interminable que esto tiene.. Es decir, la mexicaneidad, como la terapia, no es un conjunto de formas de pensar que juntas denominan la psicología/psicoterapia o formas de ser mexicano, sino que ser mexicano o psicólogo o psicoterapeuta es un abanico más grande desde donde se desprenden diferentes narrativas que lo describen sin atraparlo. Ser Mexicano, psicólogo o psicoterapeuta es un paraguas indescriptible, es la relación que todos los mexicanos, psicólogos o psicoterapeutas tienen entre sí y tienen con el mundo. El Nosotros es una respuesta a la gran pregunta de la existencia que se devela todo el tiempo a mi conciencia.
El planteamiento que mi paciente genera parte una lógica que creo que nos enuncia uno de los principales problemas del “nosotros”, la idea de que estamos separados y tenemos que hacer un esfuerzo por juntarnos. Me gusta mucho la tesis de Volpi que menciona que cuando alguien traza una frontera, al mismo tiempo se encuentra trazando un campo de batalla.
La idea de que somos conciencias individuales que se deben juntar, es la misma que genera el factor de exclusión que mencionaba en las primeras lineas de este ensayo. Sin tener que caer en posiciones posmodernas, es necesario que intentemos mover la lógica supra-individualista a un espacio en donde el diálogo no se vuelva una guerra mundial; es importante mencionar que si mantenemos esta base, estamos determinados a seguir la dialéctica del amo-esclavo que nos advertía Hegel.
Creo que el primer camino para intentar contestar de manera más abierta y menos moral la pregunta que se planteo para este ejercicio, se encuentra en la lógica de las singularidades que intentan hacer un espacio en común, es decir, ¿Qué nos une? ¿Cómo podemos generar una definición que nos abarque a todos?
La lógica de un paraguas como episteme total nos recuerda por obvias razones a la idea de Dios y a la validación de una instancia superior que ponga las reglas del juego para que todos podamos participar activamente del mismo; sin embargo, no podemos olvidar que el hombre es el lobo del hombre y el sistema social-político vuelve a dejar fuera a aquel que sea distinto del orden dominante. Por lo mismo, observamos que la lógica de las semejanzas nos vuelve a dejar en un terreno utópico del principio distópico en el que vivimos.
La lógica de la semejanza, no es más que la validación por la semejanza de lo que está “bien” o “mal” de lo que debería de ser o lo que tendríamos que estar haciendo, la lógica de las semejanzas es sumamente romántica, por que nos invita a pensar en un mundo en donde todos tenemos algo que nos une, es decir, que el ser humano tiene una esencia de ser humano, la cual esta compartida por todos los seres humanos, sin importar nada. Esto es lo más utópico que existe, por que nos hemos dado cuenta que lo más común que tenemos todos es las diferencias que compartimos y eso lo vuelve un problema.
Marina Garcés (2015) retoma a Maurice Merleau-Ponty con la idea que propone sobre el Yo en plural y dice: “Merleau-Ponty no intenta dar una solución más al problema del nosotros; de hecho, no quiere aportar LA solución al mismo, el filósofo mencionaba que el problema del nosotros en sí mismo es un error, ya que es creer que somos individualidades puestas una sobre la otra y que esto tiene una historia y que ha sido construida por la filosofía de la conciencia; es decir, la filosofía de la conciencia es la que nos ha hecho entendernos como conciencias puestas unas frente a otras…”
Merleua-Ponty proponía que la filosofía de la conciencia me hace caer en la trampa del otro ante mí, habría que entonces salir de la trampa del otro ante mí para poder contestar la pregunta que nos fue planteada.
En lo visible y lo invisible, Merleau-Ponty nos dice que el otro se encuentra siempre en lo anónimo, el otro siempre se nos presenta para generar un diálogo, el otro no esta presente cuando accedo a su conciencia, encuentro al otro cuando logro observar la co-implicación del mundo y sus dilemas, de un mundo compartido, co-construido y co-significado.
La pregunta o preguntas ¿Cuál es la mejor psicología/psicoterapia en México? contestada desde la idea del mundo en común es imposible, ya que al nombrar una tendrías que dejar de lado las otras, sin embargo para poder pensarla tendrías que hacer un análisis de los anónimos que competen la psicología o psicoterapia en los Méxicos que se plantean. Las psicologías, psicoterapias y Méxicos son un contexto que se describe a partir de las influencias de diferentes actores, psicólogos, psicoterapeutas, pacientes, clientes, familias, etc.,
No existiría un Freud sin Hans, Dora o Sr. De los Lobos o un Yalom sin Ernest Lash o Marshal Streider. Somos relación, no tenemos relaciones.
Nuestra conciencia deviene de la relación que somos e intenta separarse para poder pensarse, la psicología o psicoterapia es una relación que intenta pensarse desde diferentes ámbitos o corrientes psicoterapéuticas.
Quizá, la mejor respuesta a la pregunta que articuló este ensayo es que es una pregunta imposible de contestar, ya que siempre generará respuestas parciales; sin embargo, el planteamiento podría ser el siguiente: al yo ser un individuo imposible, que genero preguntas imposibles de responder, me lleva inmediatamente a “reconocer que en mi inacabamiento descubro la potencia de este mundo, ya que yo nunca seré un individuo acabado teniendo una libertad total y una singularidad inacabable de la cual los vínculos, circunstancias y relaciones quedarían fuera, precisamente por eso ahí esta el mundo que compartimos, ahí esta el nosotros y ahí podemos aprender a decir nosotros” (Marina Garcés, 2015)
Me parece que Marleau- Ponty nos invita desde su sujeto plural a pensar estos dilemas desde otro punto de vista; nos invita a abandonar las parcialidades subjetivas para poder describir las tensiones relacionales. Las mejores prácticas psicológicas o psicoterapéuticas corresponden a un tipo particular de relaciones que terapeuta y el paciente sostienen en un contexto específico. Abandonar las grandes verdades o los grandes discursos nos invita a salir de los dogmas totalitarios, para poder llegar a las parcialidades intersubjetivas.
Creo que el planteamiento que me hace mi paciente podría contestarse de manera fenomenológica con ¿Qué hay en nuestra relación que te gusta? ¿Qué hay en ella que te disgusta? ¿Qué se te antojaría que hubiera más o menos? Para que nuestra relación pudiera “ayudarte” en ¿qué tendríamos que estar poniendo mas o menos atención? ¿A qué le llamas ayuda en la relación terapéutica? ¿Porqué le llamas así?, etc.
La propuesta fenomenológica existencial nos brinda la posibilidad de cambiar las preguntas que generan respuestas verdaderas con “V” mayúscula, a descripciones de la relacionalidad y sus efectos en los intersujetos y desde ahí quizá podemos construir un mundo en donde haya un poco menos de exclusión y más diálogo relacional.
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