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Desafíos en la terapia de relaciones


Photo by Oleg Laptev on Unsplash



Mi participación será sobre terapia de relaciones, es decir pareja, tríos, etc. porque es en lo que me especializo y porque creo que de cualquier manera está presente en una terapia individual.

La última investigación que hice, era buscar por qué en algún momento los terapeutas de pareja dejaban de ser fenomenológicos.. Los resultados mostraron lo siguiente:

- Pensaban que las cosas deberían ser diferentes

- Buscaban dar una solución, una mejora o cambio

- Sentían angustia, dolor, tristeza, desesperación, enojo, frustración

Esto no solo lo experimentamos los terapeutas que trabajamos con relaciones.

La fenomenología existencial nos dice que debemos poner en epojé, es decir, suspender nuestra actitud natural, osea nuestros juicios, ideas, creencias. Recordemos que en la fenomenología trascendental de Hüsserl suspender es quitar, es decir buscar no tenerlos. Y que Heidegger nos resalta que eso es imposible, no es posible no tener juicios, ideas o creencias sobre algo, por lo que en la fenomenología existencial, hacer epojé, es decir, suspender, consiste en tomar conciencia de cuales son estos juicios, ideas y creencias y tener SIEMPRE presente que ésta es sólo nuestra perspectiva y no es la verdad absoluta, ni la verdad de nuestros clientes, pacientes o consultantes.

¿Cual es el desafío?

Llamarse fenomenológico y lograr hacer esa epojé, cuando atravesamos nuestra propia experiencia.

1. Si pensamos que las cosas debieran ser distintas, y que, por ejemplo una pareja que tengo en el consultorio se debería comunciar mejor, y yo les quiero dar una solución y ayudar a que mejoren, les daré consejos, o técnicas para que tengan una mejor comunicación. Se puede elegir hacer eso, pero ya no es fenomenología.

En ese caso, yo tendría que poner en epojé, es decir hacer consciente que estoy teniendo el juicio de que se comunican mal y que si se comunicaran mejor las cosas entre ellos estarían bien, y que entonces además yo estoy queriendo que estén bien y darles la solución.

Puede pasar que yo que les haga ciertas preguntas para comprender mejor, o haciendo hermenéutica parafrase lo que dijeron, y que con esto vaya habiendo modelaje de mejor comunicación, pero es distinto a todo el juicio que les acabo de describir donde yo pienso qué es lo mejor y yo los llevo hacia allá.

2. Si somos más o menos activistas de alguna causa. Por ejemplo sí yo soy activamente feminista, voy a manifestaciones, y hago declaraciones públicas críticas al respecto. Cómo detener todo eso para dar terapia fenomenológica con una relación en mi consultorio. No estar promoviendo que haya equidad de género en su relación, si ellos no me lo están pidiendo, sólo porque yo pienso que eso es lo mejor.

3. No es únicamente lo que pienso. Son varias emociones o sensaciones. Los entrevistados en mi investigación manifestaron: angustia, dolor, tristeza, desesperación, enojo, frustración. Y seguramente todos los terapeutas hemos sentido esto y otras más. Algunas veces por esto que se piensa, y otras, en mis entrevistados, la mayoría, por observar el sufrimiento de los otros. Al ver discutir frente a nosotros en el consultorio a una pareja, y ver quizá como uno lastima al otro, y estar experimentando toda esa situación, cómo no sentir todo esto. CÓMO NO SENTIR.

El Desafío al hacer epojé no sólo consiste en tomar conciencia de lo que pienso, de que piense que deberían llevarse distinto, deberían separarse, deberían comunicarse mejor, deberían arreglar sus problemas, y que yo debo ayudarles y promover el cambio. La epojé también consiste en tomar conciencia de qué siento con todo lo que está pasando frente a mi en el consultorio, con lo que me cuentan, con el llanto, con los gritos, con las peleas, CON EL SUFRIMIENTO. Si no hacemos epojé, si no tomamos conciencia de lo que estamos sintiendo, vamos a hacer diversas cosas para dejar de sentirlas. Por ejemplo, si nos angustiamos con una discusión, la vamos a intentar detener. Si nos enojamos porque uno de los integrantes de la relación está mal tratando al otro, vamos a intentar detenerlo e incluso mostrarle lo que hace y darle una lección. Si estamos sintiendo dolor y tristeza de ver el sufrimiento, vamos a intentar que las cosas mejoren para que no suframos tanto.

Estaremos dirigiendo hacia lo que nosotros creemos que es mejor. Y entonces estaremos actuando como los conocedores de la verdad y de cómo la vida debe vivirse. Y es MUY humano, pero no es fenomenología.

No se trata de que no sintamos, y de que no tengamos ideas de que las cosas debieran cambiar. Se trata de tomar conciencia que eso nos está pasando, analizar de dónde viene eso que se siente, eso que se piensa.

Cómo podemos estar con estos pacientes, clientes o consultantes con toda nuestra experiencia como terapeutas y al mismo tiempo estar en el intento constante de ser fenomenológicos.

Se dice muy fácil. Lo acabo de decir en 5 minutos. Pero es todo un desafío en la terapia existencial.

Es un trabajo permanente, un intento constante, de tomar conciencia de nosotros como terapeutas. Dejar de lado la creencia de que sólo debo poner atención a mi paciente. Es lograr al mismo tiempo que le pongo toda la atención, poner atención a mi propia experiencia para hacer epojé. Porque ponerme atención no es que sea un estorbo para escuchar al otro. Todo lo contrario. Si no me escucho a mi mismo, entonces haré cosas sin darme cuenta, donde no estoy escuchando al otro, estoy queriendo llevarle a donde YO considero que es mejor y eso no es estar para, eso no es estar con. Eso es sólo estar conmigo, para lo que YO creo que es mejor, y para que YO me sienta mejor.

Así que por paradójico que suene, el desafío es ponerme muuuuucha atención, poner atención a mi experiencia y tomar conciencia de ella, es decir epojé, para realmente escuchar.

Se que el desafío puede sonar imposible. Siempre habrá cosas que se nos escapen. Pero créanme que a base de mucha práctica se puede hacer mejor.

1. Escribir después de nuestras sesiones y buscar tomar concienca.

2. Prácticas que son un tanto meditativas, como el focusing de Eugene Gendlin en terapia corporal, conectando mente-cuerpo. Que si me están contando algo y se me aprieta la panza, yo sea consciente, y además me de cuenta cual es mi juicio sobre eso y por qué se me apretó la panza. En existencial lo utiliza mucho Greg Madison, incluso lo dio en un taller en México. Sirve muchíiiisimo.

3. Para mi la mejor, con supervisión. Porque hablarlo en voz alta nos da mucha más información que si sólo lo pensamos o escribimos, tenemos colegas haciéndonos ver lo que nosotros no vemos. Y un supervisor.

En fin…

Formas hay, hay que dedicarse. Pero se puede mejorar con dicha dedicación.

Y es todo un desafío.

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