Llevo mucho tiempo queriendo iniciar un blog, poro la verdad una de las grandes limitantes que he tenido es que me cuesta trabajo decidir sobre qué lo voy a escribir.
Por un tiempo pensaba escribir simplemente reflexiones personales, pero después pensé que podría llevarlo a un campo profesional, durante un tiempo llevé mi blog como una herramienta didáctica y aprendizaje para mis alumnos de la Licenciatura en Desarrollo Humano y también para los de español y comunicación escrita.
Además de ser Terapeuta Existencial, estudié Ciencias de la Comunicación y eso de la “artisteada” como dicen por ahí siempre me llamó la atención. El teatro, el cine, la música, la literatura… pero sobre todo el cine es mi fascinación. Después pensé que estaría padre hacer análisis filosóficos de mis películas favoritas y en ese estarle pensando se me fue el tiempo y dejé de escribir. Me convertí en mamá y estuve escribiendo un tiempo sobre maternidad. Finalmente, hoy que retomo esta tarea de escribir, todavía no tengo muy claro sobre qué voy a escribir, pero si me hizo reconocer y darme cuenta que me encuentro en un constante dilema.
El dilema, éste que está presente a lo largo de nuestra vida y que Sören Kierkegaard definió de la siguiente manera: “La elección es el núcleo de la existencia humana… existir es elegirse”.
Todos los días nos enfrentamos a dilemas, a elecciones, desde cosas muy sencillas como el elegir qué ropa me voy a poner - (Al menos que vivas en Pachuca, como yo, que hace frío por la mañana, calor extremo al medio día y llueve por la tarde) – hasta elecciones mucho más complicada como elegir una profesión, decir casarnos o divorciarnos, tener hijos o no, incluso hasta elegir si vivo o no y cómo decido hacerlo.
Tomar decisiones nos representan un riesgo y por lo tanto puede llegar a ser angustiante, sobre todo porque no sabemos cuál será el resultado de ellas, simplemente vamos eligiendo, viviendo y respondiendo y no podemos tener en nuestro control.
Por ejemplo, yo escribo con el principal objetivo de que me lean, y no sé si lo harán. Y no sé si les interesará lo que me ha pasado o lo que pienso. O me pregunto si habrá otros terapeutas existencialistas, otras mamás, otros maestros que puedan simpatizar con mis escritos y seguir leyendo, pero simplemente no lo sé.
En el programa de formación de Terapia Existencial y diplomado de Visión Existencial aplicada al Desarrollo Humano, que ofrecemos en Celae Pachuca, hacemos una revisión teórica y vivencial profunda de las propuestas de Kierkegaard y sobre todo de nuestras elecciones.
El día de hoy y también conforme al consejo de Sören, decido dar un “salto de Fé”, y estoy aquí escribiendo nuevamente esperando pronto encontrar el camino, ese camino que me lleve a ser lo quiero, no solamente lo que pienso.
Gracias por leerme.
